por: Malu Viurquez
Ahora de la clasificación de las emociones. Quizás tú escuchaste cuando éramos pequeños, que había emociones buenas y malas. Y en realidad no, las emociones son y son parte de la vida. Últimamente, en los estudios que se han publicado, se clasifican las emociones en placenteras o displacenteras, funcionales o disfuncionales. ¿Qué quiere decir esto? Bueno, pues que podemos tener una emoción que en ese momento nos es placentera o a la mejor otra que es displacentera.

Lo interesante aquí es preguntarnos si esta emoción que estoy viviendo en este momento me funciona o no me funciona. ¿Podemos tener emociones placenteras y disfuncionales? ¿Cuál podría ser? Bueno, pues que me siento feliz, tranquila. Si me quedo feliz y tranquila mucho tiempo en mi zona de confort ya no funciona para mí o al revés. Puedo sentir mucho enojo, que puede ser una emoción displacentera, pero me funciona para poner un límite saludable hacia los demás. Entonces, estas clasificaciones me van a ayudar a identificar qué estoy sintiendo y sobre todo, si esta emoción me funciona o no me funciona.
¿Para qué sirven las emociones y por qué son parte de la vida? Por ejemplo, la tristeza muchas veces nos dice no te sientas triste, pero en realidad la tristeza tiene un significado y nos sirve para identificar una pérdida y nos prepara para el desapego. La ansiedad y el miedo indican presencia de peligro y nos preparan para huir, defendernos o conservarnos, ya sea en nuestra integridad física o emocional. La ira o el enojo significa el traspaso de nuestros límites y te prepara para atacar a quien traspasa esos límites y poner los límites necesarios. La felicidad y la alegría indica que todo está funcionando bien y te lleva a ponerte metas más altas y a crear recursos. Estas son las cuatro emociones básicas.
Muchas veces, cuando trabajaba con algún coachee o algún paciente, yo les preguntaba: “Oye, y esto que me estás platicando…, ¿Cómo sientes con esto? Típica pregunta de psicólogo y desgraciadamente muchas personas me miraban a los ojos y me decían Malú, no sé exactamente que estoy sintiendo, por lo tanto, hacíamos un ejercicio por descalificación; bueno, no estás contento, no estás feliz. Y así podíamos identificar la emoción. Muchas veces me decían: “estoy enojado, pero al mismo tiempo tengo miedo”. Entonces, la primera actividad en el desarrollo de la inteligencia emocional es identificar nuestras emociones.
Si ustedes buscan en Internet hay un emocionario con más de 150 emociones. Imaginen ustedes 150 emociones. Trae las seis básicas que son: ira, disgusto, tristeza, felicidad, sorpresa, miedo, etc. Pero por ejemplo, la ira tiene odio de agresivo, frustrado o distante. Entonces es importante preguntar continuamente qué estoy sintiendo? Este es el primer paso para desarrollar nuestra inteligencia emocional y sobre todo, manejo de las emociones para el éxito. D. Coleman nos decía que la inteligencia emocional es la capacidad para reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, así como la habilidad para manejarlos correctamente. Si nos vamos a la historia, Aristóteles nos decía que cualquiera se puede enojar, eso es fácil. Pero enojarse con la persona adecuada en el grado correcto en el momento justo, por el motivo adecuado y en la manera correcta. Eso, es más difícil. Esto requiere inteligencia emocional. Esto requiere que yo analice las situaciones. Esto también enfatiza que la inteligencia emocional coloca en el centro a las aptitudes necesarias y las emociones para lograr el éxito.
Cuando hablamos de inteligencia emocional, es importante traer a la mente que ésta se puede desarrollar y requiere el conocimiento de ciertas competencias emocionales para trabajar en ellas. Imagínate que son una escalera y el primer escalón son las competencias personales, llamadas de reconocimiento, son de auto conocimiento. Y aquí vamos a desarrollar la autoconciencia emocional, que es justo “lo que estoy viviendo y que estoy sintiendo”. Autoevaluación, auto confianza. Autoestima, auto respeto. Esto es el primer paso. El siguiente escalón es la autorregulación auto manejo, que tiene que ver con competencias personales: Auto control; de mi misma, de mis emociones. “Saberme” manejar y contener, Confiabilidad, Adaptabilidad al cambio, Deseo de logro e iniciativa cuando ya nos movemos a las competencias sociales. El primer punto es reconocer al otro. Competencia social donde vemos la empatía. Orientación al servicio y conciencia del otro. De aquí nos vamos al manejo de las relaciones, dónde buscamos el desarrollo de los otros, influencia, comunicación, manejo de conflictos, liderazgo ser líder en el cambio, construir relaciones, trabajo en equipo y colaboración. Mi pregunta es ¿después de compartirte éstas, en dónde necesitas trabajar? Siempre que empiezo estos temas de inteligencia emocional, las personas me dicen: “Sabes que ahora que estoy escuchando esto necesito trabajar en mí…” y por eso este taller mini taller donde te hablo, manejo de tus emociones, manejo de mis emociones para el éxito y tiene que ver con autoconocimiento, y esto me va a ayudar a identificar quién es el otro y a ser empático, orientarme al otro y saber manejar las relaciones. Entonces, cómo vamos a desarrollar estas competencias emocionales? Como les mencioné, el primer paso es entender qué competencias emocionales necesito trabajar. Quizás también dar y buscar retroalimentación precisa. Muchas veces yo siento, percibo que necesito trabajar en la empatía y a lo mejor me dice un familiar, una persona muy cercana a mí, y me dice sabes que yo veo que tu empatía está muy bien, pero lo que necesita es trabajar, es autoestima. Espero que te haya gustado esta información del día de hoy y si tienes alguna idea o alguna duda, no dudes en contactarme.
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