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El Tuétano

Foto del escritor: Mariana SimoneMariana Simone

Estos últimos días he estado en el hospital acompañando a mi madre, quien se recupera de una operación quirúrgica en la que le extirparon un tumor del páncreas. Esta visita casi obligada al hospital me lleva a pensar en la vida y su significado. He aquí una exposición libre de ideas:


Milán Kundera en su obra “La Insoportable Levedad del Ser” señala respecto de Parménides:


“A su juicio todo el mundo estaba dividido en principios contradictorios: luz-oscuridad; sutil-tosco; calor-frío; ser-no ser.


Uno de los polos de la contradicción era, según él, positivo (la luz, el calor, lo fino, el ser), el otro negativo. Semejante división entre polos positivos y negativos puede parecemos puerilmente simple. Con una excepción: ¿qué es lo positivo, el peso o la levedad? Parménides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo…”


Sin embargo, hemos de diferenciar entre liviandad y levedad. Lo liviano es lo que no causa una carga, lo ligero; por otro lado, lo leve es lo falto o escaso de contenido, lo hueco. En torno a estos conceptos Kundera entreteje una de las mejores novelas de la literatura universal.


Pienso en estas ideas de Kundera, y me trae a la mente otro de mis libros favoritos, “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry, en el cual el Zorro habla de la importancia de los ritos, de cómo estos son los que le dan mayor sentido a la vida…



El desayuno los domingos con mis padres, la comida con los abuelos, el cine los sábados con palomitas y refresco, el café de las mañanas, la compra del mandado los domingos… el vino, el café, la comida… la misa, el shabat…


Hoy veo gente que compra su café descafeinado, con leche deslactosada, con sustituto de azúcar en un vaso de cartón y apura a tomarlo en su carrera por alcanzar el autobus… personas que ahogan sus penas en una fila interminable de botellas de alcohol, ya sin siquiera percibir el sabor de lo que beben, tan sólo por escaparse de su realidad… parejas y familias que comparten la mesa, pero donde cada quien se encuentra absorto en sus dispositivos “inteligentes”…


Cómo diría mi querido Zorro, los ritos “son algo demasiado olvidado”, y poco a poco vamos viviendo vidas cada vez más huecas de contenido, inmediatas, saturadas de información, de ruido, donde el rito se convierte en una pérdida de tiempo.


No es de extrañar que hoy los tacos de tuétano se vendan como un gran manjar en los más exclusivos restaurantes a precios estratosféricos, el tuétano es realmente escaso.

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